La historia de un legado familiar en la industria azucarera

HISTORIA DE UN LEGADO FAMILIAR EN LA INDUSTRIA AZUCARERA

La historia de la familia Zapata es un ejemplo de dedicación y compromiso con la empresa Riopaila-Castilla. Desde 1960, cuatro generaciones han trabajado en la empresa, dejando una huella en la cultura organizacional y un “legado familiar en la industria azucarera”.

Un legado familiar

Gustavo Zapata, el protagonista de esta historia, es un hombre amable y sonriente que ha dedicado 28 años de su vida a Riopaila-Castilla. Su abuelo, Manuel Antonio Zapata, fue el primero en vincularse a la empresa en 1960 como supervisor de alce. Luego, su padre, Ananías, continuó el legado trabajando en el corte de caña de azúcar durante varios años. Ahora, Gustavo y su hijo siguen los pasos de sus antepasados, trabajando en el área de elaboración y realizando prácticas, respectivamente.

La historia de Manuel Antonio Zapata

Manuel Antonio Zapata se vinculó al ingenio Riopaila-Castilla en 1960, cuando la empresa tenía solo 53 años de fundada. En ese momento, la caña de azúcar se cosechaba de manera manual, y Manuel Antonio jugó un papel fundamental en la coordinación de la cosecha y el transporte de la caña. Su dedicación y esfuerzo aportaron para que la empresa creciera y se desarrollara en una época de gran cambio y crecimiento en la industria azucarera.

La contribución de Ananías Zapata

Ananías Zapata, el padre de Gustavo, continuó el legado de su padre trabajando en el corte de caña de azúcar durante varios años. Su experiencia y habilidades permitieron que se convirtiera en un experto en su campo. Ananías trabajó en la empresa durante más de 30 años, hasta que se pensionó, dejando un legado familiar en la industria azucarera de compromiso y dedicación que sería seguido por sus hijos y nietos.

Gustavo Zapata: un ejemplo de compromiso y dedicación

Gustavo Zapata ha seguido los pasos de sus antepasados, trabajando en Riopaila-Castilla durante 28 años. Su dedicación y compromiso con la empresa han sido fundamentales para su éxito, y ha demostrado ser un líder nato en el área de elaboración. Gustavo cuenta con el respeto y aprecio de sus compañeros de trabajo, quienes lo describen como una persona con la que se puede contar en momentos de dificultad.

La importancia del legado familiar

La familia Zapata ha demostrado que “un legado familiar en la industria azucarera” puede aporta para el éxito de una empresa. La dedicación y el compromiso de cada generación les ha permitido crecer en familia y también que Riopaila-Castilla crezca y se desarrolle en una industria competitiva. El legado familiar ha influido en la formación y personalidad de Gustavo, quien ha aprendido de sus antepasados la importancia del trabajo duro y la dedicación.

Un futuro prometedor

El legado familiar de los Zapata, seguramente continuará por muchos años más, aportando su fuerza laboral y generosidad al desarrollo de la empresa y el país. La historia de esta familia es un ejemplo de cómo el compromiso y la dedicación pueden generar un impacto positivo en la sociedad. La empresa Riopaila-Castilla tiene 107 años de ser fundada, y la familia Zapata ha sido parte de ella durante 65 años.

La filosofía de la familia Zapata

Gustavo comparte una frase de su abuela recién fallecida que le decía que todo se debía conseguir con el sudor de la frente. Esta filosofía ha sido fundamental en la familia Zapata y ha permitido que su legado perdure por generaciones. La familia Zapata ha demostrado que el trabajo duro y la dedicación son fundamentales para el éxito, y que la empresa Riopaila-Castilla es un ejemplo de cómo se puede generar un impacto positivo en la sociedad a través del compromiso y la dedicación.